El Vuelo de Larry Walters
El sueño de Larry Walters había sido siempre volar, pero el destino conspiro para que no pudiera cumplir su sueño. Intento ingresar en el ejército del aire de los Estados Unidos, pero debido a su vista no se le permitió acceder a un trabajo de piloto. Pero Larry tenía una idea desde los 13 años cuando había visto por primera vez unos globos meteorológicos. Su plan original consistía en atar un par de esos globos rellenos de helio a una silla de jardín, cortar la cuerda que anclaba la silla al suelo, y elevarse tranquilamente hasta una altura de 10 metros durante unas horas; después de eso, con una escopeta de balines explotaría los globos uno a uno hasta posarse suavemente en el suelo.
Dicho y hecho, el buen hombre compro 45 globos meteorológicos y bombonas de helio. Las ató a la silla del jardín, y se monto en la silla equipado con una radio para poder comunicarse, sándwiches, cervezas, y una escopeta de balines con las que pensaba luego hacer explotar algún globo para volver al suelo lentamente.
Pero las cosas no fueron según lo planeado...
Cuando sus amigos cortaron la cuerda que mantenía la silla sujeta al suelo, la silla no se elevo plácidamente hasta los 10 metros, en su lugar salió despedido hacia el cielo como si hubiese sido disparado por un cañón. No se paró a los 100 metros, ni a los 1000, después de subir y subir paro a los 5000 metros de altura.
A esa altura, la idea de disparar a los globos para aterrizar ya no parecía tan tentadora como antes, así que Larry se quedo flotando, pasando frio con sus sándwiches y sus cervezas. Pero el destino le preparada otra sorpresa.
Larry siguió flotando, y las corrientes de aire lo llevaron justo al principal corredor aéreo de aproximación al aeropuerto de Long Beach. Un piloto llama a la torre de control y comunica que no puede aterrizar porque hay un hombre sentado en una silla en su camino; supongo que en la torre de control pensaron que el piloto debía haber bebido de más cuando recibieron otro aviso de otro piloto diciendo que tiene que abortar el aterrizaje por la misma causa. Una vez analizada la situación, concluyen que no tienen a una flota de pilotos borrachos, sino que realmente tienen a un hombre montado en una silla con globos bloqueando el espacio aéreo del aeropuerto.
Con el aeropuerto bloqueado los trabajadores del aeropuerto intentan comunicarse con Larry y al final lo consiguen gracias a la radio que llevaba. Le animan a que dispare a los globos para bajar, pero Larry a esa altura, no cree que sea buena idea. La gente del aeropuerto le comenta que con un aeropuerto bloqueado, o baja el o le bajan ellos. Ante esa argumentación tan eficaz, Larry dispara a los globos. Por fortuna, esta vez Larry tuvo suerte, y en vez de caer a la misma velocidad que había subido, empezó a descender lentamente.
Cuando llego casi al suelo, las cuerdas que unían los globos con la silla se enredaron con unos cables eléctricos provocando un apagón de 20 minutos en el barrio; aun así, consiguió bajar de la silla al suelo sin daños.
Larry fue detenido y multado con 4000 dólares aunque luego se redujo a 1500 ya que no se pudo demostrar que una silla necesitase un permiso de aeronavegabilidad.
Parece una historia increíble, pero es cierta; un hombre buscando su sueño de la forma más absurda y salvando su vida de milagro al conseguirlo.
Bueno, me parece que este video es bastante apropiado para esta entrada.